En un mercado en constante evolución y en ocasiones dependiente de modas y tendencias, en El Robledo hemos tenido la única pretensión de que nuestra imagen, nuestra etiqueta, contase nuestra historia y pudiese comunicar la verdadera personalidad del vino al que representa. Y este requisito lo hemos encontrado en la obra de Pablo S. Herrero. Así, hemos podido contar con un artista local y de nuestra misma generación, cuya trayectoria, honesta y fiel a sí misma, nos ha acompañado en diferentes lugares y momentos y, sobre todo, nos impacta e inspira siempre.
El lenguaje gráfico de Pablo está profundamente ligado a los códigos de la naturaleza. Sus árboles son un vehículo para reflexionar entorno al desequilibrio y las compensaciones de los sistemas humanos. Aborda temas relacionados con la resolución de conflictos, los estados de marginalidad o las dinámicas de poder.
Su medio de actividad como muralista nace en espacios descentrados o abandonados. Interviene en zonas urbanas periféricas como paradigma del rechazo / demanda que la ciudad provoca sobre grandes partes de sí misma. Por otra parte, concentra su trabajo tanto en zonas rurales como en áreas metropolitanas más céntricas demostrando un equilibrio entre desarrollo social y diálogo con el entorno.
Ha realizado proyectos murales en pueblos y ciudades de España, Portugal, Francia, Italia, Polonia, Noruega, Eslovaquia, Cuba, EE.UU., Uruguay y Argentina. Su obra gráfica ha sido exhibida en numerosas exposiciones colectivas. Entre sus muestras individuales destaca La Víspera (Espacio de Arte Contemporáneo El Gallo), Imágenes de la sequía (Galería Luis Mendez), Monomanía (Swinton Gallery) y El albergue invisible (Centro de Arte Contemporáneo DA2).